Nuestra pequeña KZ tenia mas problemas de los que al pricipio pensabamos. Unos pequeños duendes habian hecho de las suyas en el sistema electrico provocando constantes fallos . Un problema de descompensacion y calibracion nos ha tenido bastante entretenidos.
Si a esto sumamos el hecho de no haber sido tratada durante su larga vida por las manos adecuadas, convierte a una bonita maquina en un conjunto de parches, hace que su puesta a punto haya sido laboriosa. Poco a poco hemos subsanado estos fallos para convertirla en una maquina fiable.
Aunque eso ahora da igual. Lo importante es que todo eso esta solucionado.
Ahora queda el trabajo estetico.
Algo sencillo, lo que nos gusta.
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